Tras la voz y la batería llega el momento de mezclar el bajo. Es un momento complicado, el bombo va a ser tu primer enemigo y has de conseguir que estos dos elementos se lleven bien. Vamos, que se hagan amigos porque son los responsables de llevar el peso de la canción. Si no has leído el post sobre los 3 métodos para mezclar el bajo y el bombo es recomendable que lo hagas antes de todo, te dejo un acceso rápido haciendo clic aquí.
Remontándonos al proceso de grabación, es clave elegir un buen bajo y poner un juego de cuerdas nuevas. Podrás quitar exceso de brillo, pero nunca añadirlo; de donde no hay no se puede sacar. Si puedes elegir, también te recomiendo que elijas un buen bajista que toque cada nota con la misma intensidad y acentúe algunas otras cuando la canción lo requiera; y por supuesto, que vaya en sincronía con la batería, sino te tocará editarlo a mano después.
El bajo con el que voy a trabajar es muy sencillo, te servirá bien para comprender los movimientos que hago. Un poco de ecualización y compresión en primer lugar, saturación para ganar unos armónicos extra y una compresión side-chain encadenada al bombo para que cada vez que golpee el bombo envíe el bajo hacia atrás y éste de un paso al frente.
Y eso es todo, muy simple y sin muchos procesos, lo justo para continuar con la mezcla. Puede que más adelante tengamos que volver para ajustar algunos parámetros, pero es lo normal en todos los instrumentos, según vas añadiendo pistas van surgiendo conflictos entre las frecuencias.
Te dejo con el vídeo, si tienes cualquier duda no dudes en escribirme abajo en los comentarios o en el apartado contacto de la web.
Un saludo,
Ibon Alonso
